Historia
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Siglo XVII

Los Orígenes de la Hermandad

La primera referencia documental o si se prefiere, documento más antiguo conocido que habla de la existencia de la Hermandad, está fechado en el año de 1647, y se trata, como en otros tantos casos análogos de hermandades en nuestra Ciudad, de una disposición notarial registrada en la escritura de protocolo del escribano Jaime Blanco, por la que Juan de León, hermano que fue de esta Hermandad, deja dispuesto en su testamento una limosna (herencia) a favor de la misma.

"En la ciudad de Málaga en cinco días del mes de diciembre de 1647 años ante mi el escribano público y testigos de uso escritos compareció Francisco García, vecino de esta ciudad a quien doy fe que conozco y digo que como mayordomo de la Hermandad del Santo Cristo de la Puente del Cedrón, de la Cofradía del Santo Cristo de la Columna, sita en la iglesia Parroquial del señor de San Juan de esta ciudad, recibió de Francisco del Pozo y de Diego Hurtado, como albaceas de Juan de León, difunto hermano que fue de la dicha Hermandad, sesenta reales de los cien que por cláusula de su testamento había dejado de limosna por entero más que hasta los setenta reales que ha recibido por esta razón y como tal mayordomo de que se dio por enterado... Primitiva imagen del Stmo. Cristo de la Salud (Cofradía de la Columna) Primitiva imagen del Stmo. Cristo de la Salud (Cofradía de la Columna) CERRAR fueron testigos el Licenciado Juan Blanco, Gerónimo de Uribe y Juan de Astudillo, vecinos de Málaga".(1)

Esta escritura, la más antigua que se conserva, se trata de un documento de enorme interés histórico, en cuanto, y ante la ausencia de acta fundacional alguna que verifique su institución, nos proporciona una serie de informaciones sobre los orígenes de Hermandad y por la que podemos conocer lo siguiente: Que la Hermandad existía en dicho tiempo, deduciéndose de ello, aun a faltade documentos que lo acrediten, que tuvo que ser su fundación en años anteriores, posiblemente en las primeras décadas del XVII; que figuraba establecida en una de las cuatro primeras Parroquias de la ciudad, la iglesia de San Juan Evangelista (hoy llamada Bautista); y que aquellos años dependía o estaba bajo la dependencia de otra corporación, la Cofradía del Santo Cristo de la Columna, desaparecida en nuestro tiempo.

Es gracias a estas fuentes que nos proporcionan esta escritura, a partir de la cual podemos reconstruir los orígenes de esta Hermandad e igualmente reconocer el contexto en que se forma misma.

No en vano, esta fecha de 1647 en la que se tienen las primeras referencias documentales acerca de la Hermandad, coincide con una periodo, el comprendido entre los últimos años de la década los de los treinta y toda la de los cuarenta, donde se produce una proliferación de fundaciones cofrades sin precedentes, ya que no se encuentra hasta bien entrado el siglo XX otra periodo más fecundo. Esta eclosión cofrade de la que hablábamos, tiene cierta relación con el periodo de terribles epidemias que entre 1637 y 1649 padeció la Málaga.

La existencia de la Hermandad en la Parroquia de San Juan, es un hecho singular, pues curiosamente, en ninguna de las cuatro parroquias de la ciudad radicaban cofradías, ya que todas estaban establecidas en los conventos de distintas órdenes monacales; solo en la Iglesia de San Juan se verifica la presencia de hermandades de pasión; la de la Columna, la de los Dolores y la de la Puente.

En lo que respecta a su dependencia con la cofradía de la Columna, hay que especificar que en aquellos tiempos era un fenómeno algo normal que muchas hermandades estuviesen bajo el cobijo de otra matriz. Así ocurría con la de la Puente, que junto a la de Nuestra Señora del Triunfo, denominada después de la Soledad y luego como de los Dolores de San Juan, fueron filiales de la Columna.

La Cofradía del Santo Cristo de la Columna fue fundada en el hoy desaparecido Convento de la Santísima Trinidad, extramuros de la Ciudad, trasladándose luego a la Parroquia de San Juan, como así lo atestigua este escrito perteneciente a la citada Cofradía: "estando en la iglesia Parroquial del señor San Juan de esta ciudad de Málaga en 7 del mes de abril de 1647 años ante mí escribano público y testigo, se juntan los hermanos de la Cofradía del Santo Cristo de la Columna, que primero fue instituida en el convento de la Santísima Trinidad, extramuros de esta ciudad, y después se trasladó a dicha Parroquia, ...". (2) Fue durante buena parte del siglo XVII una de las más importantes y de mayor abolengo. La última referencia documental encontrada acerca de esta antigua cofradía es del 3 de abril de 1798 del Semanario Malagueño (3), quien nos da cuenta en sus noticias sobre las procesiones que tendrán lugar esa Semana Santa, de la salida procesional que desde la Iglesia de San Juan efectuará el Miércoles Santo esta Cofradía. En el transito del siglo XVIII al XIX se produce su ocaso, muy posiblemente motivado a raíz de las normas dictadas por los gobiernos ilustrados, perdiéndose definitivamente tras la invasión y ocupación de Málaga por las tropas francesas (1810-12) la Imagen y con ella la cofradía, al no encontrarse noticias alguna desde entonces de la existencia de la misma.
Primeras Constintuciones 1655 Primeras Constintuciones 1655 Cerrar
Con los años la Hermandad de la Puente que se encontraba, como se ha referido anteriormente, bajo el patronazgo de la Columna, emprenderá un proceso de segregación de la hermandad matriz; la fecha que marcará este proceso emancipatorio será 1655. En este año, fueron presentadas ante el Provisor del Obispado, el texto de unas constituciones que serán aprobadas el 1 de abril de 1655, ocupando la sede episcopal D.Alonso de la Cueva-Benavides y Mendoza Carrillo.

Ya con el plácet de la autoridad eclesiástica, ocho meses después, el 26 de diciembre de 1655, se reunirán ambas corporaciones; por una parte el Hermano Mayor y mayordomos de la Cofradía de la Columna y por el otro, mayordomos y hermanos de la Hermandad de la Puente, para, acordando ratificar dichas constituciones, que otorgaban a esta última la potestad de actuar autónomamente, dejar constancia de estas mediante escritura pública notarial. (4)

Desgraciadamente, el texto de esas constituciones con su articulado que hace alusión esta escritura, no se hallado de momento, particularidad que hubiese sido determinante para averiguar, entre otras muchas cosas, si estas fueron las primeras constituciones que tuvo la Hermandad, pues es de suponer que cuando se erigió o fundó como tal tuvieron que realizarse algunas constitu ciones, o por el contrario se regía por las de la Columna. En cualquier caso lo que si nos podemos aventurar a afirmar, es que estas sí son las primeras como hermandad para actuar con capacidad normativa propia.

Sin embargo, la aprobación de estas constituciones, como se verá, no supuso la ruptura total con la Cofradía de la Columna, a la que siguió de alguna forma vinculada. En todo ello es justo mencionar el papel que jugó la figura de Juan de Ovando y Santaren, quien siendo Hermano Mayor de la Cofradía de la Columna, actuó favorablemente en ese proceso de emancipación de la Hermandad, a la que ayudó a consolidarse, ocupando el cargo también como Hermano Mayor.

Juan de la Victoria Ovando y Santaren Gómez de Loasya Rojas (1624-1706), perteneció a una de las familias nobles de más abolengo de la ciudad. Fue caballero de la Orden de Calatrava, Capitán de Infantería y uno de los poetas más relevantes de la Málaga barroca del siglo XVII. Cristiano piadoso, su vinculación con las hermandades de pasión le viene de tradición familiar, en particular con la de la Columna, a la que sus antecesores habían sido hermanos mayores y patronos, y que por ende lo fue de las hermandades de La Puente y los Dolores de San Juan, a las que contribuyó notoriamente para que tuvieran vida propia.

Lo acaecido en la Hermandad, no fue un hecho asilado, pues apenas pocos años después, esto mismo se reproducirá en la otra hermandad filial, la de los Dolores de San Juan. Este proceso de formación de reglas iniciado por las hermandades filiales nos da a pensar, que algo debió acontecer en el seno del tronco común de la cofradía matriz para que se originase ese proceso emancipatorio.

Primeras Constintuciones 1655
En 1675 se redactaron nuevas Constituciones, que fueron aprobadas el 4 de enero de 1675, (5) que a su vez, cumpliendo con las promulgadas Constituciones Sinodales de 1671, fueron sancionadas el 8 de marzo de 1677 por el Obispo de la Diócesis, Fray Alonso de Santo Tomás. (6)

El texto de estas Constituciones, conservado íntegramente hasta nuestros días, se presenta en tres páginas, escritas en letra impresa. Las mismas se inician con una parte preliminar cuyo encabezamiento resulta muy singular de esta Hermandad, al recogerse en posteriores ordenanzas, y que se enuncia de esta forma:

"En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas y un solo Dios verdadero: para su mayor gloria y honra de su Madre Santísima, la Virgen Nuestra Señora que fue concebida sin pecado original desde el primer instante de su ser. Los hermanos que somos en un número de sesenta, congregados de la nuestra Hermandad del Paso del Cedrón que sale en la Cofradía del Santo Cristo de la Columna, sita en la Parroquial del Señor San Juan de esta ciudad de Málaga, de que es Hermano Mayor don Juan de la Victoria Ovando Santarén, caballero de la Orden de Calatrava y capitán de la Infantería Española por el Rey nuestro señor, para mejor gobernarnos en esta nuestra Hermandad nos juntamos Diego de Iniesta y Alonso de Herrera, mayordomos; Juan Pérez Trujillo, Padre de Almas, y el Licenciado don Luís González de Lopera, Fiscal, en voz y en nombre de los demás hermanos, a darle la forma y hacer las constituciones siguientes: .". (7) Estás reglas están estructuradas en trece artículos que recogen los aspectos más sobresalientes y que constituyen, por toda la información que en ella se aporta, una preciada e interesante fuente documental para conformar y conocer la historia de esta Hermandad en su primer siglo de existencia.

En dichas Constituciones figuraba como el primero de todos los artículos un primordial precepto para todo los hermanos, que constituirá ser uno de los principios de esta Institución, el jurar y defender el misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen: "Primeramente pedimos, y rogamos a los hermanos presentes, como a los ausentes, y a los que serán de aquí en adelante de esta Santa Hermandad del Santo Cristo de la Puente del Cedrón, que como mejor medio para servir con toda perfección a su Divina Majestad sé ha de reverenciar a su Santísima Madre María Señora nuestra, y que hagan voto en presencia de esta Señora, de defender en público, y en secreto el Misterio de la Inmaculada Concepción de la Reina de los Ángeles María Señora nuestra concebida sin pecado original". Precepto mariano que la Hermandad defenderá en todas las posteriores reglas.

A través de estas Constituciones podemos conocer un aspecto tan importante para toda institución como era el como se gobernaba en ese tiempo y que cargos conformaban su gobierno. La estructura de gobierno la componían dos órganos; el Cabildo y la Junta de Oficiales. Como se ha mencionado, estos oficiales eran elegidos por el Cabildo. La forma de su elección y quienes debían ser electos lo define claramente el artículo 9 de las constituciones de 1675 que, al respecto, determinaban lo siguiente: "Por la dificultad de juntar a todos los hermanos a Cabildo, sea válido el que le hiciere solo con doce por los menos, y entre estos se eligieran dos mayordomos, un Padre de Almas, y un Fiscal y este Cabildo ha de ser mediada la que reine por votos secretos. Y pueden los Hermanos por sus Cabildos alterar, y moderar todo aquello que fuera conveniente al servicio de la Hermandad. Y el que saliese nombrado por más votos lo ha de aceptar, y a ello se le ha de apremiar; y si lo rechazase, sea condenado en cuatro libras de cera para esta Hermandad. Y los dichos mayordomos nombrados han de ser obligados a cobrar las demandas y luminarias, y las demás diligencias tocantes al servicio de dicha Hermandad".

Primeras Constintuciones 1655 Aunque en dichas Constituciones no se habla de la elección o mandato del Hermano Mayor, en el caso de la Puente, resulta evidente que su cargo respondía al de la figura más bien de un patrono benefactor. Como se ha mencionado anteriormente, muchas hermandades, entre ellas la Puente, para el mejor gobierno de la Corporación ponían su presidencia bajo al mecenazgo de un noble, que además de otorgarles cierto prestigio, les facilitaba medios económicos. Tales fueron los casos de Juan de Ovando o de Juan Carlos Swert, dos personajes pertenecientes a familias nobles de la ciudad y que estuvieron en la nómina de esos primeros hermanos mayores de esta Hermandad. Por dichos motivos expuestos, la duración del mandato de estos no estaba sujeta a un tiempo concreto, más aun, si a los intereses de la Hermandad le convenía su permanecía.

Al igual que en el presente, el resto de cada uno de los cargos tenía una función: así los mayordomos, además de ocupar la más alta instancias, les correspondía el llevar los libros de inscripción de hermanos, los de cuentas y el de registros o actas; el Padre de Almas, figura que tenia una labor estrictamente asistencial, referida a organizar y llevar a cabo todo lo concerniente a los funerales y entierros de los hermanos difuntos; y el fiscal, cuyo cargo tenía la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las constituciones y la custodia del Arca (caja donde se guardaba los bienes y el dinero) y de la que hablaremos más adelante.

Por lo que respecta a la realización de las salidas procesionales, hay que decir que durante los siglos XVII, XVIII y principios del XIX la hermandad no efectuaba sola la procesión. Como era costumbre, cada iglesia (con cofradías)tenía asignado un día de salida: así el Miércoles Santo lo hacían las de la parroquia de San Juan; el Jueves Santo, las de la Merced y las de San Luís El Real, que debido al número de cofradías allí establecidas, se repartían algunas al Viernes; y finalmente el Viernes Santo las de Santo Domingo y las de San Agustín, amen, de algunas cofradías que al encontrarse como únicas en otras iglesias, se incorporaba a un día determinado. De este modo, la Puente hacía su salida en la tarde del Miércoles Santo, realizando estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral junto a las demás hermandades radicadas en la Parroquia, formando un mismo cortejo procesional.

Serán igualmente en estas Constituciones de 1675 las que nos aportarán las primeras noticias sobre como era el hábito que debían llevar los penitentes en la procesión: "A cada hermano se le ha de dar una hacha y con ella ha de ir alumbrando la santa insignia de la Puente del Cedrón, vestido con una túnica de lienzo morado, la cual haya de hacer el hermano a su costa, llevando rostro descubierto, y con un escapulario de tafetán morado y un escudo en el brazo con la insignia del Santo Cristo llevando puesta valona llana". (24)

El hecho de ir con el rostro descubierto, respondía a la Real Cédula promulgada en 1672 por el Rey Carlos II y a las Constituciones Sinodales de 1671, que prohibían las caras tapadas durante la procesión; disposición que la Hermandad de la Puente acató desde el primer momento. Práctica que mantuvo fielmente hasta mediados del siglo XIX.

Al analizar la vida de la Hermandad en esta época, no se puede olvidar una de sus fines principales recogidos en esas Constituciones, el que constituyó ser la actividad más importante durante sus tres primeros siglos de existencia, hay que referirse, a la labor asistencial con los hermanos, socorriéndoles en sus enfermedades y dándoles enterramiento con gran pompa y fervor, costeándoles, además, misas y sufragios.

Toda esta labor asistencial que la Hermandad ofrecía, como era comprensible, estaba sujeta a unas obligaciones. A cambio, la persona por pertenecer a la misma y favorecerse de todas estas prestaciones tenía que satisfacer unas cuotas llamadas luminarias. Así cuando una persona ingresaba en la Hermandad, esta debía de abonar dos reales y una cuota mensual de un real. Además, cuando un hermano fallecía los hermanos abonaban dos reales y en caso de que faltase dinero lo ponía la propia tesorería de la Hermandad.

Un hecho memorable en estos años, es el acontecido en los últimos años de ese siglo, cuando por parte del Obispo D. Bartolomé Espejo y Cisneros concede el 25 de marzo de 1696 a la Hermandad, el privilegio, a los que visitasen la Capilla del Señor de la Puente, de cuarenta días de indulgencias: "Concedemos los cuarenta días de indulgencias que se nos piden en el presente memorial a los que visiten la Capilla del Santo Cristo de la Puente, rezándole con devoción, por la exaltación y conservación de nuestra Fe Católica y necesidades presentes de nuestra Monarquía". (8)




CRÉDITOS
"BREVE HISTORIA DE LA HERMANDAD"
Extracto sobre estudio histórico realizado por Diego Hermoso Ruiz-Vázquez


FUENTES DOCUMENTALES
(1) - A.H.P.M.: Escribanía de Jaime Blanco, leg. 2.045 - Año 1647.
(2) - A.H.P.M.: Escribanía de Juan Hidalgo, legs. 307-310. - Año 1647.
(3) - A.D.E.: Semanario Malagueño, 3 de abril de 1798.
(4) - A.H.P.M.: Escribanía de Juan Hidalgo; fol/s. 1.503-1.504. Año 1655.
(5) - A.H.P.: Constituciones de 1675.
(6) - A.H.P.: Auto de 1677 por el que quedan aprobadas por el Obispo, Fray Alonso de Santo Tomás,
        las Constituciones redactadas por la Hermandad en 1675.
(7) - Ibidem, parte preliminar.
(8) - A.H.P.: Solicitud emitida por la Hermandad al Obispado para la concesión de indulgencias plenaria,
        a quienes visitasen la Capilla del Señor de la Puente, y otorgamiento por parte del mismo de esta
        indulgencia. Leg.Año 1696.